"...Primero uno, luego dos,
luego tres, luego cuatro,
entonces el Niño Jesús estará a la puerta".

Ahora empieza de nuevo la temporada navideña, tan contemplativa. - ¿Están recibiendo ya todos esos calendarios de adviento digitales tan bonitos? He aquí un ejemplo:

"...hoy es el 1er Adviento, y hemos ideado algo muy especial para la época navideña: tu calendario de Adviento personal de XXXX & Team.

Cada semana, justo a tiempo para el Adviento, recibirá de nosotros contenidos interesantes y actualizados sobre los temas más importantes de gestión y ventas, todo para que tenga más éxito en su negocio..."

 

Me voy entonces 😉 - Tenemos temas completamente diferentes.

Los ladridos de los perros nos despiertan por la mañana. Los perros parecen omnipresentes en Portugal. El ladrido de los perros se transmite de granja en granja como advertencia. Todo esto me recuerda un poco a los pueblos primitivos que todavía ladran. Aquí, en la civilización, la gente sólo ladra. - Así que a levantarse de la cama y a la ducha fría. Al menos eso es lo que pensamos. Pero hoy hace un calor maravilloso. ¡Un lujo! ¡Gracias Rafael!

En primer lugar, traslado a Héctor a su terreno de juego original. Conectar la electricidad y cambiar la bombona de gas son los temas de esta mañana. Hasta que se cambie la bombona de gas, buscamos un café en el barrio. Entablamos conversación con Vincent, un francés.

Vincent era empresario en Francia. Había conseguido todo lo que siempre habíamos soñado. Una gran casa junto al mar, varios coches en el garaje... Pero una cosa que no consiguió fue la satisfacción. En sus palabras, trabajó como un perro por todo lo que era importante para él. Sin embargo, se habría sentado infeliz en su sofá. Pero un día habría recordado las palabras de sus padres.

Vincent tiene 54 años y sus padres proceden de la época hippie. Solían ir por ahí en un viejo Bully. ¿Recuerdas aquella vieja pegatina de "Energía nuclear, no gracias"? Seguro que llevaban una igual. Sus padres le decían a Vincent que la felicidad no era cuestión de dinero. Pero viajar promovería la felicidad.

Vincent vendió entonces su empresa, su casa, sus coches, simplemente todo. Recorrió Europa durante más de tres años. Escandinavia, Portugal, España, Italia, Grecia. La mayor parte del tiempo solo, pero él es un hombre, largos períodos solo sería agradable, pero no siempre.

Vincent da una impresión muy contenta y feliz. Lo único de lo que no está tan contento es de la Francia de hoy. Fue una conversación apasionante la del domingo por la mañana. Desayunamos tranquilamente y luego dormimos la siesta: el corto viaje a Alemania ha sido agotador.

Cuando nos despertamos, empezamos cantando una canción de cumpleaños a un viejo amigo.

La foto fue tomada hace dos años, el día de su sexagésimo cumpleaños.

Me gusta mucho, la felicidad a veces puede ser tan sencilla.

Pero incluso aquí en Portugal no siempre estamos desconectados, sino que son temas diferentes.

Actualmente estamos siguiendo una acalorada discusión entre campistas de invierno. En un grupo de Facebook, Winter Camping in Spain & Portugal, una mujer respondió a un post sobre el tema "Multas contra campistas salvajes en la costa portuguesa". - Su pregunta era si sólo afectaba a los "blancos" o también a las furgonetas de colores. Porque tenía la sensación de que sólo afectaba a las caravanas de aspecto caro. Había algo que ganar. - El debate posterior revela que tampoco en el mundo de las autocaravanas todo son rosas y sol. - Algunos lo ven como justicia social, otros como explotación de los ricos. Algunos comentarios son divertidos, otros aterradoramente serios.

Menos mal que en el camping la cosa está más tranquila. Esta noche hay programada una excursión a Faro con varios campistas. - Nosotros iremos, ya que es el primer Adviento. Tal vez haya un mercado de Navidad.

Pero estamos decepcionados: no hay mercado navideño, ni almendras tostadas, ni vino caliente.

Pero alguien ha abierto un restaurante japonés de "todo lo que puedas comer". A Torgit y a mí no nos gustan las tiendas así. Desde nuestro punto de vista, la calidad sólo puede resentirse y así fue. No terrible, pero mala.

En cambio, descubrimos un poco de arte callejero durante nuestro pequeño paseo por la ciudad. Aparte de eso, Faro es bonita a primera vista, pero ya se sabe cómo es.

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