Despertar en mitad de la noche, ¿será porque Torgit duerme de un tirón? Estas, como las últimas noches, las letras de las canciones rondan mi cabeza. - Día a día el nivel baja. -
Anteayer, Marius, con la libertad: "Todos los que sueñan con la libertad, No deberían dejar de celebrarlo, Deberían bailar incluso sobre las tumbas, Libertad, libertad, Es lo único que cuenta, Libertad, libertad, Es lo único que cuenta" - aceptable hasta donde llega.
Luego, al día siguiente, hacia el sur, de Buddy: "...Eeh off to the south, chasing the sun, ejo what goes
Persiguiendo el sol, ejo qué va digo, eeh off to the south...".
Hoy se ha tocado fondo: "Hoppe, Hoppe, Reiter". - "...Si se cae, grita, si se cae en la zanja, se lo comen los cuervos, si se cae en el pantano, entonces el jinete hace plop". - ¿Con qué nos atormentaron nuestros padres, abuelas y abuelos? No me extraña que toda una generación piense que es diferente. No pudimos llegar a ser normales. - Lo siento, madre, pero había que decirlo 😉 .
Al parecer, me quedé dormido después de todo. Cuando nos despertamos, está claro que el tiempo está cambiando, hace más frío y llueve más. Tras estudiar la previsión meteorológica, decidimos continuar nuestro camino hacia el sur.
Con nosotros, en este recorrido por la ciudad de Nantes, va un pequeño cuaderno, casi un pequeño diario. Contiene impresiones que una joven llamada Aga recogió en su recorrido por esta ciudad. - Aga era un ser humano muy especial. Cayó en nuestras vidas por casualidad. - ¿Cómo ocurrió? - Torgit se había propuesto algo. Quería contratarse como cuidadora de perros. Pero no debía ser cualquier perro, la raza estaba claramente definida: Rhodesian Ridgeback o ninguno. - Sonreí ante tanto optimismo, pero ocurrió lo que no creía. Así que unos días más tarde Aga estaba delante de la puerta. No sólo se trajo a sí misma, a su perra Adwoa, sino también a su pareja de entonces, Dennis, a nuestras vidas. Todos los días traían y traían a Adwoa, y de vez en cuando el vínculo con Aga y Dennis se hacía más profundo. Vivimos la experiencia de una pareja joven, durante fases felices y menos felices. Pero, sobre todo, conocimos a una persona que parecía vivir la vida al máximo. Alguien dedicado a diagnosticar y combatir enfermedades. Pero, sobre todo, alguien que iluminaba su entorno con su resplandor. Pero como una vela encendida por los dos lados, se consumió demasiado pronto. Aga nos ha dejado. La enfermedad que ella misma se diagnosticó tantas veces le robó la vida a los 28 años. - Siempre me recordaba a Jonathan la gaviota, por eso le regalé este libro. Gracias Dennis por confiarnos estos, ahora tus apuntes. Siempre esperamos verte para tomar un café o dos.
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