Continuamos por la costa. Nuestro primer destino son los escarpados acantilados de Cap Blanc-Nez, a 10 kilómetros al oeste de Calais.

La cima, de 134 metros de altura, no sólo es el acantilado más septentrional de Francia, sino que también garantiza una vista de Dover. Gran Bretaña parece estar tan cerca como para tocarla. La velocidad a la que los transbordadores cruzan el mar entre Calais y Dover deja claro por qué los marineros rinden tributo a esta zona.

Al fin y al cabo, el Canal de la Mancha es la ruta marítima más transitada del mundo. Por desgracia, nuestro portabicicletas VW original no cabe debajo de las barcazas de madera (2,10 metros). Por eso tenemos que aparcar un poco apartados. Pero la corta caminata nos sienta bien. Se puede saborear el aire salado. "Fleur de Sel" para nosotros gratis, pero no en vano. Un poco más adelante llegamos a la playa. De nuevo con una restricción de altura de 2,10, pero esta vez con barras de hierro colgadas de cadenas. Los acantilados de creta son aún más impresionantes desde la orilla del mar. El agua sale de las rocas. - Seguimos por la Route du Cap, pasando por Fort Cap Gris Nez, Batterie Todt, Audresselles... Momento culminante del día: seguimos cruzando la ruta del Trail Côte d'Opale. Los participantes en el maratón parecen un símbolo de paz en esta región caracterizada por antiguos búnkeres alemanes y fuertes franceses. - Desde Boulogne-sur-Mer, dejamos la costa para pedalear unos kilómetros en dirección a Neslette.

En Neslette, municipio de 85 habitantes del departamento de Somme, dejamos la autopista para encontrar nuestro lugar para dormir en el camping "Aux Cygnes d'Opale", directamente a orillas del lago. - Realización del día: el tamaño puede ser una ventaja, ¡pero no tiene por qué serlo! (Pensaremos en modificar nuestro portaequipajes)

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