Nos lo cuenta nuestra amiga Barbara:
El "cofre del tesoro andaluz" contiene recuerdos de la Costa del Sol desde la infancia hasta nuestros días. El breve extracto del cofre de Bárbara describe hasta qué punto la experiencia con todos los sentidos y las pequeñas joyas de auténtico "tiempo de calidad" embellecen los pensamientos cotidianos.
Sobre Barbara: *Musicóloga independiente, lingüista, pedagoga y consejera de traumas *Persona de familia y madre con alma y corazón *Amante de los animales y mimosa de los perros *Altamente sensible y comunicativa *Librera y amante de la naturaleza *Travelling doodle & feel-good person at home
Olor a sal, aire fresco del mar, tierra seca y pinos: Esta es "mi" Andalucía, la Costa del Sol. Y para mí, no sólo huele a vacaciones, sino también a "salud": debido a frecuentes y graves infecciones pulmonares, de niño me alojaba a menudo en la casa de vacaciones de mis tíos, maravillosamente situada en la montaña con vistas al mar, a veces hasta Gibraltar, entre Marbella y Málaga. "La Chiquita" todavía se siente como un segundo hogar para mí - y aunque en realidad no he tenido ningún problema pulmonar durante muchos años, contraje neumonía de nuevo a principios de 2019, justo mientras estaba en Marbella.
Fue una bendición que entonces me permitieran trasladarme a "Chiquita" y recuperarme completamente allí hasta que pudiera volver a coger el avión de vuelta a casa. La historia se repite.
Nerja, Coín, Mijas, Fuengirola... Ya he pasado tiempo en varios lugares de la Costa del Sol. Marbella también se ha convertido en un "segundo hogar" para mí. Pero Chiquita tiene el mejor olor: Me encantaría envasarla en una lata y llevármela a casa.
Y esté donde esté Llevo el sentimiento andaluz en lo más profundo de mi corazón. Puedo sentir el cálido sol, que es fácil de soportar incluso en los días más calurosos porque siempre corre una fresca brisa marina, en mi piel mientras escribo sobre ello. Respirar profundamente -no sólo con los pulmones, sino también con el alma- se despliega hasta el último alvéolo y arruga de la mente. La luz que hace que los colores parezcan más brillantes e intensos. La actitud ante la vida que se siente más ligera que en Alemania.
El paisaje y la vegetación de escarpadas cordilleras, hierba dura y los más bellos brotes en flores y árboles. Según la época del año, el almendro en flor luce magnífico de rosa a blanco o el aroma del azahar llena el aire en la Plaza de los Naranjos. En el centro histórico de Marbella, la buganvilla florece en cascadas desde los muros de las casas y los balcones y es un auténtico festín para la vista en los alrededores.
De niño, recuerdo que Chiquita estaba muy sola y que los cabreros llevaban sus rebaños por las montañas por las mañanas y por las tardes, haciendo sonar sus campanas. Al anochecer sabía que iba a oscurecer de verdad, y más rápido que en casa. Me resultaba muy extraña la cordialidad de los españoles hacia los niños con sus cariñosos "coscorrones", así como los "flashes" con el brazo extendido por la ventanilla del coche y el estilo de conducción salvaje con vehículos chungos ;).
Recuerdo las visitas a mis abuelos, que invernaron en Chiquita durante muchos años, y a los que mi madre y yo podíamos viajar cuando necesitaba recuperar la salud (mi padre gestionaba el negocio en casa y sólo podía estar allí a veces; eso también forma parte del recuerdo, la ausencia y la expectación de que nos recogieran en el aeropuerto). Paseos con el spitz enano de mi abuelo por senderos de montaña, donde mi abuelo escondía "huevos de búho cuco" (esos coloridos caramelos masticables españoles que aún hoy se pueden comprar en todos los supermercados; mi abuelo era un hombre muy culto e inteligente que tenía una vena traviesa en el cuello e ideó los "huevos de búho cuco" para nosotros, los niños -lamentablemente nunca conocimos a un búho cuco...).); comer churros en la plaza de los naranjos; y mi abuela, una pintora que captaba la belleza de Andalucía - todo esto llena el rico tesoro de mis recuerdos de infancia.
De adulto, no sólo enseño a mi familia "mi" Andalucía, sino que sigo disfrutando viajando allí con mi madre. Los pueblos blancos de la sierra, el bullicio en la playa de Fuengirola, los centros comerciales y las rutas de compras, recoger nectarinas o limones de mi propio árbol en el jardín, refrescarme en la piscina, leer durante horas o pasear por lugares que me encantan, los pies en la arena y el sol en la nariz... eso es para mí verdadero "tiempo de calidad" y me alegra transmitir mi chispa andaluza. Acabé en el salón de belleza de Puerto Banús con mi mejor amiga el pasado noviembre - claramente éramos el grupo objetivo equivocado, el vendedor muy trabajador no pudo sacarnos tanto como esperaba ;). Seguro que me esperan muchos más momentos y aventuras en mi cofre andaluz.
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