Algunos añadidos más sobre el tema de la valentía: en los últimos meses, a Torgit y a mí nos han dicho a menudo que es increíblemente valiente tirar por la borda nuestra vida anterior y simplemente marcharse. A menudo, esta afirmación iba acompañada de respeto, del deseo de hacer lo mismo o, alternativamente, de una total incomprensión.
Cuanto más viajábamos, menos se oían esas voces. Pero cuando empezamos a renunciar a nuestro piso y a vender todas nuestras pertenencias, esas voces volvieron. ¿Estás seguro? - ¿A estas alturas? ¿Te das cuenta de lo que vas a perder?
Si no hubiéramos sido conscientes de ello, lo seríamos ahora como muy tarde. Porque los precios están por los suelos. Pero nos va bien. Aparentemente seguimos gozando de buena salud. Y el daño financiero es ciertamente menor en comparación con muchos otros. Como ya he dicho, estamos muy agradecidos por ello.
Pero, ¿y el valor para embarcarse en una aventura así? No hace falta valor, o al menos no lo que nosotros, yo, percibimos como valor.
Lo que me lleva a un consejo sobre un libro. Aunque yo defino la valentía como "hacer algo precipitado", seguramente la valentía es más bien la voluntad de hacer lo que uno cree correcto frente a las desventajas esperadas, o la capacidad de superar el miedo en una situación arriesgada o peligrosa. Así que el bombero que corre hacia una casa en llamas o alguien que se atreve a vivir una aventura real es valiente. Pero, ¿siguen existiendo hoy esas aventuras reales?
"El final de una leyenda, contado por alguien que estuvo allí"
El libro que mi padre me regaló un día trata de un aventurero y de una de las últimas aventuras reales de tiempos pasados. Tiene lugar poco después de la guerra y trata de un joven estadounidense, el estudiante William F. Stark. Hizo todo lo posible por enrolarse en el "Pamir", uno de los últimos veleros mercantes. Uno de los veleros mercantes que partieron de Australia, dieron la vuelta al mundo, atravesaron el Pacífico Sur en dirección a Sudamérica y rodearon el legendario Cabo de Hornos. Puedo recomendar este libro no sólo porque es una recomendación de papá. Sino porque trata de una de las últimas grandes aventuras. Sólo la historia cuenta lo que el joven estudiante tiene que hacer no sólo para llegar a Australia, sino también para subir al barco. Lo que no sabe en ese momento es que el "Pamir" es el último velero que ha doblado el Cabo de Hornos en un viaje de carga sin motor auxiliar. Después de leer el libro, sólo puedo empezar a imaginar las penurias que tuvieron que soportar los jóvenes y el valor que se necesita para manejarse en las jarcias de un velero en las condiciones más extremas. Un buen libro, no sólo para marineros y aventureros, sino simplemente para pasar una tarde junto al fuego o en el banco del jardín con una taza de ron.
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